viernes, 4 de diciembre de 2009

erzsebeth bathory


Más conocida como "La Condesa Sangrienta", debido a los macabros y sádicos crímenes que cometió, Erzsebet Bathory fue una aristócrata húngara perteneciente a una de las más ilustres familias de Europa. De hecho, de esta misma familia también fueron Esteban y Sigmund Bathory que ocuparon los tronos de Polonia y Transilvania, respectivamente, además de varios dignatarios de la Iglesia y ministros de Hungría.

Popularmente se cree que mataba a sus jóvenes doncellas para bañarse en su sangre porque creía que así se mantendría joven y bella. Se dice que llegó a asesinar a 650 personas para este propósito. Actualmente, y después de las investigaciones llevadas a cabo, no se sabe a ciencia cierta si esto es verdad o no, aunque sí se puede asegurar que cometió incontables crímenes de extrema crueldad.

La historia de Erzsebet comienza en 1560, fecha en la que vino al mundo en el seno de una de las más importantes familias de Hungría. Se le dio una educación esmerada, llamativa para la mujer de esa época y de esa región del mundo, que en ese momento era conocida como Reino de Hungría. Mientras que la mayoría de los nobles de esa zona y en esos años apenas podían escribir, ella dominaba con fluidez el latín, el alemán y el húngaro.

Erzsebet creció como una chica aplicada, aunque ya en su temprana infancia comenzó a llamar la atención por sus comentarios sobre la vejez y la muerte.

Argumentaba que ella no había nacido para morir, y que todo lo bello que le pasaba no podía desaparecer así porque sí. Tal vez en ese pensamiento se encuentre una de las claves que la llevaron a convertirse en la asesina más sanguinaria de la historia.

A la edad en que la mayoría de las muchachas descubren el amor y la belleza en el sexo opuesto, ella manifestó atracción por otras chicas y, especialmente, por su sangre.

En sus 15 años, Erzsebet fue casada obligatoriamente (como se acostumbra entre los nobles de esa época) con otro hijo de familia aristocrática húngara llamado Ferencz Nadasdy.

Ferencz era un hombre acostumbrado a domar caballos salvajes y lidiar con situaciones de peligro, pero nunca consiguió que Erzsebet demostrara sumisión frente a sus deseos. Por el contrario, siempre encontró en ella el espíritu de un potro indomable.

La condesa pasaba varias horas frente al espejo; ensimismada, narcisa y con poco interés en su vida matrimonial.

La habitación de Erzsebet era fría e impersonal, y en ese ambiente de pocos afectos la salud de Ferencz empezó a debilitarse. A medida que el marido perdía fuerzas y ganaba achaques, la condesa se volvía cada vez más ermitaña. Aunque no dejaba de buscar placer en amantes jovenes.

El matrimonio Bathory-Nadasdy vivía en el sombrío castillo de Csejthe, situado en el llamado Reino de Hungría.

Ferencz era conocido como el "El Caballero Negro", por sus destacadas proezas como general en el campo de batalla. Era tan cruel como su mujer. Estuvo la mayor parte de su matrimonio luchando contra los turcos y cuando volvía a casa disfrutaba torturando a los prisioneros.

El hecho de que Ferencz estuviera ausente gran parte del tiempo fue la causa de que Erzsebet buscara refugio en numerosos amantes de ambos sexos de los que pronto se aburrió, de forma que, intentando buscar nuevos divertimentos, llamó a gran cantidad de brujos y alquimistas que la iniciaron en ciertas prácticas de brujería en las que se centró su vida a partir de entonces.

Su marido la abandonó definitivamente en 1604: murió a mediados de ese año. El fallecimiento de Ferencz incrementó su locura por no envejecer. Las sirvientas ya padecían las consecuencias de aquellos deseos. Tenían órdenes de preparar brebajes y pócimas para contrarrestar los efectos del paso del tiempo. Con la muerte de su marido, esas órdenes también dejaron de tener efecto. De esa manera la Condesa desató y empezó su escalada criminal.

Una de las mejores amigas (y cómplices) de Erzsebet se llamaba Darvulia, una anciana conocida en los alrededores como "La Bruja del Bosque".

Luego de la muerte de su esposo, Darvulia abandonó la casa donde vivía y se mudó al castillo de Csejthe. Erzsebet estaba fascinada por la hechicera, creía en todos sus poderes y necesitaba de sus hechizos para mantener la ilusión de frenar el envejecimiento. Los brebajes de Darvulia pretendían disimular el paso del tiempo. Así, la magia negra, los conjuros, alquimia y todo de lo que era capaz Darvulia se instalaron en la habitación y en la vida de la condesa.

A partir de la aparición de la hechicera se meciona a la Virgen de Hierro, una muñeca de tamaño natural que Erzsebet utilizaba en sus ritos de sangre.
Convencida de que la única forma para anular el envejecimiento era bañarse o beber sangre de doncellas jóvenes, desparramó toda la maldad de la que ella era capaz en pos de obtenerla y disfrutarla.

Manipulada por su dueña, la Virgen de Hierro era un objeto de tortura. Era de metal, con cabellera rubia, joyas, maquillaje y siempre se presentaba desnuda.
Con falsa y perversa amabilidad, la autómata recibía y luego abrazaba a las jóvenes víctimas de la condesa. Cuando las tenía entre sus brazos, sus falsos senos se abrían y apuñalaban a la presa. Estando las víctimas malheridas, eran degolladas y su sangre era bebida por Erzsebet. Y, si la cantidad era suficiente, hacía llenar una gran bañera con la sangre de las doncellas y se sumergía en ella, buscando desesperadamente la fuente de la juventud.

En los asesinatos, Erzsebet no actuó sola. Sus cómplices fueron dos de sus criadas:
Jo Ilona y Dorko, ambas fieles e igual de sanguinarias que las Condesa. Se encargaban de buscar a muchachas de entre 12 y 18 años, traerlas al castillo y mantenerlas siempre listas para los sometimientos de su ama. Erzsebet las necesitaba a todo momento; cuando padecía dolores de cabeza, por ejemplo, bajaba hasta el sótano para darles mordiscos y masticar la carne arrancada.
Los gestos de dolor de las doncellas, y las gotas de sangre calmaban, enseguida, cualquier molestia.
El origen de la historia que dice que utilizaba sangre para fines cosméticos data de que un día, propinó una violenta bofetada a la criada que la estaba peinando, con tan mala fortuna que ésta comenzó a sangrar y su sangre salpicó la mano de la Condesa. Convencida de que el trozo de piel donde había caído la sangre se veía más lozano, proyectó tomar baños de sangre humana para mantener su juventud y belleza eternamente.

Erzsebet no solo bebía la sangre de infortunadas muchachas, también las envolvía en orgías indescriptibles. Padecían los peores tormentos. Si hablaban mucho, ella misma les cosía la boca.
Para la gente del pueblo, las chicas que iban al castillo lo hacían en calidad de empleadas. Pero, a medida que iban desapareciendo, empezaron a circular rumores que, de todos modos, no eran ni por asomo más crueles que la verdad sobre las atrocidades que se llevaban a cabo en el castillo de Csejthe. Sólo decían que la condesa Bathory las mataba para bañarse en sangre de vírgenes. Por eso, incluso antes de ser acusada oficialmente, la empezaron a llamar "La Condesa Sangrienta". Erzsebet y sus cómplices daban explicaciones muy tontas para justificar la desaparición de las doncellas. Argumentaban que habían tropezado, que una rara enfermedad las había matado sorpresivamente, que un animal las había devorado en el bosque, etc.

Más tarde que temprano, acusaron a la Condesa. No por simple acto de justicia, sino porque, no conforme con las campesinas, empezó a reclutar a las hijas de personas adineradas de la zona.
Fue el colmo para la sociedad de esa época; así, su abominable imperio empezó a sentir los primeros tambaleos.
Erzsebet fue llevada a tribunales en donde 20 jueces varones la interrogaron por sus crímenes. Fue condenada, pero no a morir, sino a padecer un encierro perpetuo en su propio castillo.

Por órdenes judiciales tapiaron ventanas y puertas del castillo, especialmente las de su aposento: solo se mantuvo un pequeño orificio por el cual se le suministraría escaso alimento y agua.

Así vivió durante casi 3 años. El 21 de Agosto de 1614 murió sin mostrar muestras de arrepentimiento. Tenía 54 años, y las arrugas que tanto odiaba la recubrían por completo. Su rostro, que siempre había mostrado una fría serenidad, estaba terso, sí, pero no por haber encontrado la fuente de la juventud, sino por el frío insoportable que padeció confinada entre las paredes de su habitación. Según el conteo oficial de víctimas, las doncellas que murieron de peor forma fueron 610, aunque se estima que el número total de mujeres asesinadas por Erzsebet alcanzó los 650.

Gran parte de los investigadores achacan los malvados instintos de Erzsebet a la degeneración genética a la que habían llegado los miembros de esta familia debido a la endogamia, pues la única manera de mantener las posesiones era el matrimonio entre familias nobles húngaras.


jueves, 5 de noviembre de 2009


Lilith la primera compañera de Adan
Según consta en la literatura hebrea, Lilith fue la primera esposa de Adán. En sumerio, la palabra "Lil" significa "Aire." El término más viejo relativo a Lilith sería la palabra sumeria "Lili" (plural "Lilitu"), que parece inferir la misma definición que nuestra palabra "espíritu". En muchas culturas antiguas, la misma palabra para "aire" o "aliento" era usada para "espirítu." Lilith estaba hecha con arcilla, igual que él. Era hermosa y libre. Adán y Lilith nunca encontraron la paz juntos, pues cuando él quería acostarse con ella, Lilith se negaba, considerando que la postura recostada que él exigía era ofensiva para ella. ¿Por qué he de recostarme debajo de tí? - preguntaba - Yo también fui hecha de polvo y, por consiguiente, soy tu igual". .

La salida del Paraiso

Lilith no obedeció la orden de sumisión que le impusieron; pensaba que era igual a su marido, que tenía los mismo derechos que él porque habían sido creados con el mismo barro, no se sentía inferior, ni débil, ni dependiente. Era una mujer íntegra y como tal quería gozar, al igual que Adán, de la vida y de todo lo que ésta implicaba, incluidos la sexualidad y el erotismo.

Cansada de que Dios no atendiera sus reivindicaciones, decidió abandonar el Paraíso, antes que someterse y renunciar a sí misma. Invocó el Nombre de Dios, innombrable en toda la tradición judía, por considerar que el Nombre verdadero de cualquier ser contiene las características de lo nombrado, y por lo tanto es posible conocer su esencia y adquirir poder sobre ello. Pronunciar el nombre de Dios se convierte, pues, en una osadía suprema, un acto de soberbia mucho mayor que el de hacer directamente oídos sordos ante sus mandatos; algo, en fin, demasiado grave. Abandonó volando el Paraiso con unas alas que el mismo Dios la dió (de ahí su semejanza con los súcubos).

Luego tomó residencia en una cueva en las costas de Mar Rojo, donde hasta éstos dias se encuentra segun la leyenda. Ella acepta a los demonios del mundo como amantes, y desova muchos miles de niños demonio, fue llamada Madre de los Demonios, —esposa de Asmodeus, el Rey de los Demonios.

Adán, mientras tanto, halló que él lamentaba la partida de Lilith. Fué con Yahweh y expuso su caso pidiendo el retorno de Lilith. Yahweh concordó que una criatura del Edén no debería partir tan fácil del reino, y dispuso tres ángeles para recobrarla.

Éstos tres, Senoy, Sansenoy, y Semangelof, pronto encontraron a Lilith en su cueva y le exigieron su retorno con Adán por órdenes de Yahweh. Si se reusaba, le infomaron, matarían a un ciento de sus hijos demonios cada día hasta que decidiera regresar.

Lilith exclamó que incluso esta suerte era mejor que regresar al Edén y a la sumición a Adán. Tan pronto como los Ángeles cumplieron su amenaza, Lilith también hizo una terrible proclamación. En respuesta por el dolor inflingido, matería a los hijos de Adán. Juró atacar a los niños, e incluso a sus madres, durante el nacimiento. Juró también que los recién nacidos estaban en peligro de ser objeto de su ira, las niñas por veinte dias y los niños por ocho. No solo esto, sino que también atacaría a los hombres en su sueño, robándoles su sémen para dar nacimiento a más niños demonio, que reemplazarían a esos asesinados cada día.

Ante la negativa de Lilith de regresar con Adán, Dios decidió dar una nueva compañera a su creación pues proclamo que "No es bueno que el hombre esté solo", creó a Eva a partir de una de sus costillas, y por lo tanto sumisa al hombre (observese el machismo de la época).

Lilith como Reina de los Vampiros

A partir de esta narración, a Lilith se le ha considerado la reina de los súcubos (demonios femeninos), por alinearse en el bando enemigo de Dios al marcharse del Paraíso. Y de ahí se ha pasado a suponerla una perversa ninfómana, que seduce a los hombres con maestría para estrangularlos después.

Algunas tradiciones cuentan, que entre el cabello de Lilith se encuentran, enredados, los corazones de los jóvenes que sucumbieron a su hechizo

Esa condición diabólica de Lilith le ha llevado a ser también la Reina de los Vampiros. No sólo mantiene relaciones sexuales con hombres a los que después asesina, sino que también se alimenta de su sangre. Es en esa encarnación donde Lilith se asimila a diferentes divinidades y monstruos femeninos presentes en la mitología clásica: Lamia, Empusa y las lamias, hijas de Hécate, diosa de la brujería; las harpías y las estriges, también macabras visitantes nocturnas; las harpías, ayudantes de las erinias o furias; las moiras o parcas, las grayas y las gorgonas, siniestras ancianas habitantes de los infiernos. En todas estas figuras se repiten las alusiones a muerte de hombres y niños.

Otras referencias mitológicas afines a Lilith se pueden encontrar en la Brunilda de los Nibelungos, o en la diablesa babilonia Lilu. La misma Reina de Saba de Salomón es un trasunto de Lilith. Etimológicamente viene del hebreo layil, (noche), y aparece representada como un demonio nocturno peludo o como una mujer de cabellos muy largos.

En la Biblia aparece una fugaz alusión a Lilith. En Isaías 34,14 se explica con todo detalle cómo Dios con su espada mata a todos los habitantes de Edom, lugar poblado por enemigos acérrimos de los judíos, y que allí quedan como dueños y señores los animales. Buitres, serpientes... y Lilith. "También allí Lilith descansará y hallará para sí lugar de reposo". Lilith ha sido traducido por lechuza o ardilla, evitando toda referencia a la figura precedente de Eva. En nota al pie se hace constar: "Los hebreos creyeron que significaba un ser diabólico, en forma femenina, noctívago, espantajo de la fantasía popular".

Las variaciones del mito llevan a Lilith a convertirse en seductora de los propios hijos de Adán y Eva (abordando a Caín con palabras de consuelo y reposo tras la muerte de Abel), o a asimilarla con la propia serpiente del Paraíso dando cuerpo de serpiente mientras Satán daba cara humana y la voz que sedujo a Eva (como en los frescos de Miguel Ángel de la Capilla Sixtina). Un relato de Primo Levi nos recuerda que Lilith es la amante del mismo Dios creador, y que vive en el Mar Rojo comandando una corte de demonios. Y otra tradición afirma que Samael, luego Satán, el ángel caído, se convierte en pareja de Lilith, e incluso que juntos seducen a Eva para que engendre a Caín.


En la Biblia aparece una fugaz alusión a Lilith. En Isaías 34,14 se explica con todo detalle cómo Dios con su espada mata a todos los habitantes de Edom, lugar poblado por enemigos acérrimos de los judíos, y que allí quedan como dueños y señores los animales. Buitres, serpientes... y Lilith. "También allí Lilith descansará y hallará para sí lugar de reposo". Lilith ha sido traducido por lechuza o ardilla, evitando toda referencia a la figura precedente de Eva. En nota al pie se hace constar: "Los hebreos creyeron que significaba un ser diabólico, en forma femenina, noctívago, espantajo de la fantasía popular".

Las variaciones del mito llevan a Lilith a convertirse en seductora de los propios hijos de Adán y Eva (abordando a Caín con palabras de consuelo y reposo tras la muerte de Abel), o a asimilarla con la propia serpiente del Paraíso dando cuerpo de serpiente mientras Satán daba cara humana y la voz que sedujo a Eva (como en los frescos de Miguel Ángel de la Capilla Sixtina). Un relato de Primo Levi nos recuerda que Lilith es la amante del mismo Dios creador, y que vive en el Mar Rojo comandando una corte de demonios. Y otra tradición afirma que Samael, luego Satán, el ángel caído, se convierte en pareja de Lilith, e incluso que juntos seducen a Eva para que engendre a Caín.

sábado, 10 de octubre de 2009

Insomnio (Alucinación): Las delicias de los estimulantes



Junie :) jajaja y un colaborador secreto muy pillado

viernes, 9 de octubre de 2009

viernes, 28 de agosto de 2009

jueves, 20 de agosto de 2009

Le dragon rouge o el gran grimorio (cita)



Modo de prepararse para el pacto de la sangre

¡Oh hombres! ¡Frágiles mortales! los que pretendéis poseer la profunda ciencia mágica:
¡temblad de vuestra temeridad! Para conseguirlo necesitáis colocar vuestro espíritu muy
por encima de vuestra esfera, haceros firmes e Inquebrantables y estar muy atentos a
observar exactamente cuanto os diré, sin lo cual todo se volverá en vuestro perjuicio,
destrucción y completo aniquilamiento, pero si, por el contrario, observáis atentamente
cuanto os diga, saldréis con facilidad de la posición pobre y humilde y coronará el éxito
todas vuestras empresas.
Armaos pues de Intrepidez, sagacidad y virtud para emprender esta grande Inmensa
obra en la que yo he pasado sesenta y siete años, para lograr algún resultado. Por esto es
preciso practicar exactamente cuanto después se dirá.
Pasaréis un cuarto de luna llena sin acompañaros de mujeres ni de jóvenes, a fin de no
caer en la Impureza.
Comenzaréis vuestra práctica al empezar el cuarto de luna, prometiendo al gran Adonai
que es jefe de todos los espíritus, no hacer más de dos colaciones por día, es decir, dos
colaciones durante cada veinticuatro horas del cuarto de luna; precisamente a las horas
del mediodía y de la media noche, o si lo preferís a las siete de la mañana y siete de la
noche, si bien a los ojos del gran Adonai es más grato que se haga a las horas
primeramente señaladas.
Durante todo el cuarto de luna es preciso dormir lo menos que se pueda, no debiendo
exceder en modo alguno de seis las horas que por día han de dedicarse al sueño.